Es un sentimiento con el que la mayoría de nosotros podemos relacionarnos de vez en cuando. Tienes mucho que hacer, pero preferirías hacer cualquier cosa menos la tarea que tienes entre manos. Pero, ¿por qué procrastinamos? ¿Es acaso por pereza? ¿Y cómo podemos dejar de evitar lo que debe hacerse?
Aquí exploramos el concepto de la procrastinación, qué significa, los diferentes tipos y causas, y algunos consejos principales sobre cómo evitarla. También hemos seleccionado algunos cursos que pueden ayudarte a ser más productivo.
Significado de la procrastinación
Primero, exploremos el significado de la procrastinación. La palabra proviene del latín “procrastinationem”, que significa “aplazar de un día para otro” o “postergado hasta la mañana”.
Como se desprende de la etimología, la procrastinación se trata de posponer las cosas. Normalmente lo vemos como demorar las tareas hasta el último minuto o incluso después de su fecha límite.
Para ser más científicos, la procrastinación se describe como una falla autorreguladora en la que las personas retrasan voluntariamente pero irracionalmente tareas esenciales.
Varios estudios han intentado comprender las razones de este fenómeno, y discutiremos algunos de ellos más adelante.
La procrastinación puede adoptar muchas formas. Aunque a menudo la asociamos con posponer el trabajo o las tareas escolares, también puede aplicarse a cosas como las tareas cotidianas, asistir a citas o tener conversaciones potencialmente estresantes.
Causas de la procrastinación
Algunos estudios sugieren que la procrastinación afecta crónicamente alrededor del 15%-20% de los adultos. Esta cifra aumenta considerablemente en estudiantes, donde entre el 80%-90% se involucra en algún grado de procrastinación. Entonces, ¿qué provoca que las personas procrastinen?
Los estudios han examinado todo tipo de factores que podrían contribuir a la procrastinación. Estos factores incluyen rasgos de personalidad, estilos de toma de decisiones, perspectivas temporales, regulación emocional e incluso factores biológicos.
La diferencia en la prevalencia de la procrastinación entre estudiantes y la población en general sugiere que algunos factores situacionales contribuyen.
Existen muchas pruebas anecdóticas que ofrecen diversas razones para la procrastinación. Sin embargo, examinaremos algunos estudios e investigaciones para proponer causas de la procrastinación respaldadas por evidencia.
Observarás que ninguno de estos factores vincula la procrastinación con la pereza o el autocontrol.
Dificultades con la organización
Los estudios han demostrado que muchos adultos con trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH) pueden tener dificultades con la procrastinación. Varios factores potenciales del TDAH son relevantes aquí, incluida la desorganización, el olvido, la distracción y problemas para establecer prioridades y gestionar el tiempo.
Puedes obtener más información sobre los efectos del TDAH y las opciones de tratamiento actuales con nuestro curso “Comprendiendo el TDAH” de King’s College London.
Rasgos de personalidad
Un metaanálisis de 2007 sobre la procrastinación encontró varios vínculos entre ciertos rasgos de personalidad y la procrastinación. El estudio encontró una predicción sólida y consistente entre la procrastinación y la aversión a las tareas, la demora en las tareas, la autoeficacia y la impulsividad.
De manera similar, la falta de responsabilidad, autocontrol, capacidad de concentración, organización y motivación para el logro también fueron predictores de la procrastinación.
Veamos algunos de estos términos con más detalle:
- Baja autoeficacia. El término autoeficacia se refiere a la creencia de una persona en su capacidad para realizar acciones para alcanzar sus objetivos. Aquellos que procrastinan a menudo tienen baja autoeficacia, lo que les lleva a creer que no pueden completar la tarea en cuestión.
- Baja responsabilidad. La responsabilidad es la capacidad de ser disciplinado, organizado, centrado, trabajador y orientado al logro. Cuanto menos responsable sea una persona, más propensa será a procrastinar.
- Impulsividad. Aquellos que son impulsivos actúan sin pensar en las consecuencias de sus acciones. Cuanto más impulsiva es una persona, más probable es que procrastine.
Razones biológicas
Los estudios muestran que la estructura del cerebro puede estar relacionada con la procrastinación. Un estudio mostró que aquellos que procrastinan tienen estructuras cerebrales que generalmente los hacen menos orientados al futuro. Como resultado, los procrastinadores tienen menos disposición para realizar tareas desagradables a corto plazo que ofrecen recompensas a largo plazo.
Salud mental
Una variedad de problemas de salud mental están estrechamente relacionados con la procrastinación. Por ejemplo, aquellos que sufren de depresión a menudo procrastinan en muchas tareas diferentes, sin importar cuán complejas sean. El tiempo dedicado a pensar demasiado puede llevar a una pérdida de confianza y concentración.
De manera similar, aquellos con trastornos de ansiedad pospondrán tareas que quieran evitar porque son estresantes. Además, aquellos que luchan con el perfeccionismo (la necesidad de parecer o ser perfecto) pueden evitar tareas de las que no están seguros.
Efectos de la procrastinación
Enfoquémonos en algunos de los impactos de la procrastinación en aquellos que luchan con ella. Una vez más, ha habido una cantidad considerable de investigación sobre el tema y abundante evidencia anecdótica sobre los efectos de la procrastinación:
Sentimientos negativos.
A pesar de dar ocasionalmente alivio al estrés, la procrastinación tiende a hacer que las personas sean infelices. Un estudio encontró que los estudiantes que procrastinan experimentan más estrés, frustración, culpa y ansiedad.
Otros estudios han encontrado que la baja confianza en uno mismo, la infelicidad general y la baja autoestima pueden estar vinculados con la procrastinación.
Falta de productividad.
Por supuesto, uno de los problemas principales de posponer las cosas es que las tareas no se completan o se hacen apresuradamente y con errores. Esta falta de productividad puede afectar el rendimiento académico y laboral.
Estos problemas pueden agravarse aún más, lo que añade más estrés y más tareas desagradables que el procrastinador debe evitar. En última instancia, pueden no alcanzar sus metas, tanto en el trabajo como en la vida en general.
Problemas de salud.
La investigación ha relacionado la procrastinación crónica con varios problemas de salud relacionados con el estrés. Estas condiciones incluyen dolores de cabeza, insomnio, problemas digestivos e incluso resfriados y gripe. El posponer continuamente tareas importantes también puede contribuir a problemas de salud mental, como la depresión, la ansiedad y el estrés.
Tipos de procrastinación
Dependiendo de dónde leas, existen varios “tipos” diferentes de procrastinadores. Este intento de categorizar la procrastinación tiene como objetivo ayudar a las personas a comprender por qué procrastinan y cómo superar el hábito.
Algunos investigadores han separado a los tipos de procrastinadores en dos grupos:
- Procrastinadores pasivos. Aquellos que posponen tareas porque les cuesta tomar decisiones y actuar en consecuencia.
- Procrastinadores activos. Aquellos que posponen tareas de manera intencional porque sienten que trabajan mejor bajo presión.
También encontrarás otras categorizaciones delineadas por varios expertos y profesionales, incluyendo:
- Preocupado. Aquellos que posponen las cosas porque se preocupan por el desafío o por salir de su zona de confort.
- Excesivo. Aquellos que asumen demasiado y luego luchan por encontrar tiempo para completar todo.
- Perfeccionista. Aquellos que evitan las tareas porque dudan de su capacidad para completarlas de manera perfecta.
- Soñador. Aquellos que posponen tareas porque no son buenos para centrarse en los detalles.
- Desafiante. Aquellos que no les gusta que alguien dicte su horario.
- Creador de crisis. Aquellos que posponen tareas porque prefieren trabajar bajo la presión de plazos ajustados.
Procrastinación por “venganza” antes de dormir
Un fenómeno relativamente reciente es el de la “procrastinación por venganza antes de dormir”. Esta frase surgió de un término chino que describe a aquellos que eligen el tiempo de ocio en lugar del sueño, incluso después de un largo día de trabajo.
Aunque la frase es reciente, algunos expertos creen que es probablemente común. Aquellos que están sobrecargados en el trabajo pueden sentir cierto control al quedarse despiertos hasta tarde, aunque saben que no es bueno para ellos.
Comprender la importancia del sueño y establecer buenas rutinas puede ayudar a combatir esta procrastinación por venganza antes de dormir.
5 consejos principales sobre cómo evitar la procrastinación
Si a veces tienes dificultades con la procrastinación, los siguientes consejos pueden ayudarte a avanzar y mantenerte enfocado en tus tareas. Recuerda que a veces, ser consciente del problema puede ayudarte a dar pasos para superarlo.
Establece metas pequeñas
A menudo, la idea de completar una tarea grande puede parecer abrumadora. Avanzar del inicio al final puede parecer una tarea imposible. Sin embargo, dividir esas tareas en pasos mucho más pequeños puede ser útil.
Tener una lista de metas pequeñas y alcanzables puede ayudarte a abordar cada una sucesivamente, lo que significa que avanzas gradualmente hacia la finalización. Comprender los fundamentos de la gestión de proyectos puede ayudarte a establecer estas metas pequeñas.
Organiza tus tareas
Este punto se relaciona con el anterior. Tener un cronograma detallado y plazos para completar cada una de tus metas pequeñas también puede mantenerte motivado para alcanzar tus objetivos principales.
Además de establecer metas diarias, también puedes tener objetivos semanales y mensuales que estén todos relacionados entre sí. Esto te da la urgencia para actuar y progresar en tu trabajo, ya sea en los estudios o en un proyecto en tu trabajo.
Enfoca tu atención
Otra forma de superar la procrastinación es centrarte en algunas de las tareas más fáciles que debes terminar. Con suerte, al establecer metas pequeñas y organizar tus tareas, podrás identificar las que son fáciles de completar.
Al hacerlo, comenzarás a construir tu confianza y ganarás impulso. Darte un enfoque deliberado puede ayudarte a abordar una pequeña tarea a la vez.
Elimina distracciones
Tu entorno de trabajo o estudio puede no estar ayudando a tu procrastinación. Las distracciones pueden desviar fácilmente tu progreso, ya sea tener tu teléfono al lado en el escritorio o tener la televisión encendida de fondo. Estas distracciones pueden aumentar tus niveles de estrés y aumentar la procrastinación.
Nuestro curso sobre el estrés y la productividad en el lugar de trabajo explora cómo mejorar el bienestar en el trabajo puede aumentar el rendimiento laboral.
Perdónate a ti mismo
Puede ser fácil castigarte a ti mismo por procrastinar. Puedes decirte a ti mismo que eres perezoso o poco productivo. En realidad, atacarte de esta manera solo te hace sentir más frustrado y ansioso, y no contribuye a la productividad.
Al ser consciente de la situación, puedes desarrollar autocompasión y perdón. No solo puede ser amable contigo mismo y reducir la procrastinación en sí misma, sino que también puede reducir algunos de los efectos negativos de la procrastinación.
Conclusiones finales
Ahora sabemos un poco más sobre las causas de la procrastinación, cómo puede afectarnos y cómo evitarla. Aunque la mayoría de nosotros procrastinaremos de vez en cuando, puede ser bastante debilitante cuando se convierte en un problema crónico.
Comprender cómo funciona y por qué podrías estar haciéndolo puede ser el primer paso para evitar la procrastinación. También hemos destacado una variedad de cursos que pueden ayudarte con la productividad en el trabajo o en tus estudios. Recuerda que pasos pequeños y graduales pueden ayudarte a alcanzar tus metas.